Siempre en mis debates de control político, busqué la máxima objetividad de mis investigaciones y la certeza de las pruebas que presenté, sea en debates económicos, sea en los debates de la corrupción de alto nivel política y financiera, sea en los debates en las relaciones pavorosas de políticos con la gobernanza paramilitar.
Nunca vi que a un jefe de Estado en su actividad de relación con el congreso, la oposición, a la que siempre pertenecí, nunca fui parlamentario de gobierno, fuera grosera y sin razón y sin argumento.
Supongo que lo que yo mismo experimenté ahora como presidente, exponiendo mis argumentos y las cifras oficiales, algunas, y lo dije, por las fechas preliminares, fuera respondida por la grosería, el insulto y la bajeza.
Gritar “fuera Petro” y otras cosas en boca de congresistas, en el mismo congreso de la República que me ha invitado a hablar, muestra la mayor degradación de la política. Lo soez no es más que la expresión degradada del espíritu, y del poco tamaño del intelecto.
Sin embargo, al alzar mi puño, muchas veces lo he hecho, lo hago como millones de seres humanos lo han hecho en el planeta desde el siglo XIX. Como resistencia y lucha por lo justo. Por la Justicia Social y la Libertad plena.
Mi conciencia está muy tranquila, porque sé que tal grosería repetida ardorosamente por la prensa del poder económico, es el intento de tapar con un dedo, el sol de los resultados de gobierno en lo que más me interesa: la salud, la educación, las oportunidades de vida económica, social y existencial de mis conciudadanos y conciudadanas, tanto de los que votaron por mí, como de quienes no votaron.
Aunque falta un año, espero resistir con la ayuda del pueblo, para mostrar aún más, la profundidad de una obra de gobierno dedicada a la justicia social y la democracia profunda.
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