Reconocimiento a jóvenes de Ciudad Bolívar por proyecto para protección de páramo que rodea su colegio
El proyecto “Aquiba Agua” nació a principios de 2015, gracias al sueño de un grupo de estudiantes y sus profesores de artes plásticas y educación ambiental, quienes se propusieron sacar adelante diferentes estrategias para el conocimiento y cuidado del páramo que rodea el colegio Rural Quiba Alta, donde se desarrolla esta iniciativa. El 70% de los estudiantes vive en zonas urbanas aledañas a la institución, no son habitantes de las veredas ni de las fincas, provienen de Ciudad Bolívar.
Por esa misma razón, para proteger y hacer visible este maravilloso paisaje natural, decidieron intervenir el curso del agua que llega al colegio. “Esto es, construir un escenario que permita comprender en micro, lo que sucede en macro, Entender y desarrollar todas nuestras actitudes que nos permiten llevar una vida en comunión con el agua y el ecosistema. Un escenario para poner en práctica acciones precisas para la conservación de los recursos hídricos, cultivar maneras de entender el entorno natural, un semillero de nuevos habitantes de la ciudad y el campo”, dicen con tal seguridad.
Mariposario, cultivos orgánicos y más
Con estas bonitas iniciativas, ellos persiguen un sueño final: “que la vereda rural Quiba alta, sea un laboratorio natural de aprendizaje e innovación donde jóvenes estudiantes, docentes y pobladores reconstruyan el lazo armónico que nos une con el agua, fauna y flora; permitiendo que los pocos parches de ecosistema natural prosperen y todos disfrutemos de este líquido vital”, concluyen los docentes Rosana Pacheco López y Henry Francisco Angulo, quienes guían a los chicos.
Gracias al premio Juventud Protectora del Agua Pavco han obtenido recursos que buscan favorecer la continuidad de esta bella iniciativa.
Recuadro:
¿Qué significa Aquiba Agua?
“Aquiba Agua” es un juego de palabras, se pueden leer varias cosas; “aquí va agua” que nos da a entender que en todo hay agua y “a Quiba agua” como referente a la riqueza hídrica de la vereda Quiba Alta. “No importa cómo se escriba, suena igual y la intención es clara: no hay nada en el planeta que no esté conectado, incluyéndonos a nosotros, el agua debe cumplir un ciclo, nuestras acciones lo interrumpen, lo deforman, hay que repararlo”, afirman los chicos del colegio Rural Quiba Alta que forman parte del Proyecto 1600.
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